Aunque Jacob estaba destinado desde su nacimiento a recibir la bendición del primogénito, trató de "ayudar a Dios" para hacer que las cosas sucedieran.

Las dos veces que suplantó a su hermano, las pagó con Labán, quedando un asunto pendiente: la bendición "quitada" a su hermano Esaú de parte de su padre Isaac (Gn 27:35-38).

A Jacob no se le permitió recibir una bendición más por su propia astucia. Ahora tenía que calificar para la bendición. Tuvo que pelear con lloro y ruegos por ella (Oseas 12:4).

Enfrentado así mismo, cargando en su nombre (Jacob "suplantador") su naturaleza; luchó con Alef-Tav Elohim (Oseas 12:3) por una bendición: una nueva identidad, Israel.

Dice en Hebreos 12:4-8 que no desmayemos cuando somos disciplinados por Dios ya que el que Dios ama, corrige y azota a todo el que recibe por Hijo. Y si nos deja sin disciplina, no somos hijos sino bastardos.

Yeshúa siendo Hijo de Dios, en los días de su carne; también lloró y rogó al que podía librarlo de la muerte; pero Él aceptando la voluntad de su Padre (Lc 22:42-44) por lo que padeció aprendió la obediencia (Hebreos 5:7-8) tomando nuestro lugar (nos suplantó), pagando un alto precio obteniendo la victoria.

Jacob arrepentido por lo que había sucedido en su pasado; perseveró hasta el fin luchando por ser redimido (librado, estar a salvo).

"Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma." - Génesis 32:30

"Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo." - Mateo 24:13

Hubo un cambio de corazón (circuncisión), y ya solo quedaba resolver las cosas con Esaú su hermano. Ya que, el que ama a Dios también debe amar a su hermano (1 Jn 4:21).

La Palabra de Dios nos confronta (cara a cara) en muchas ocasiones, pero ella misma nos consuela, fortalece y nos ayuda a prevalecer ante cualquier suceso.

Así como Jacob luchó hasta ser calificado para cruzar al otro lado del río; recuerda que así como nuestro Mesías padeció y le costó un alto precio; seguir el rumbo que Dios tenga trazado para nosotros no será sin costo (Mateo 10:38)

"Mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado," - Marcos 9:45

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